domingo, 13 de septiembre de 2009

Leyendas que aterrorizaron mi infancia

Hay que reconocerlo, de pequeños somos MUY inocentes. Y es esta avergonzante y poco necesaria inocencia la que nos ha impulsado a hacer cosas de las que luego te ríes.
Todo comenzó en el colegio, el mayor hervidero de hormonas, macarras, leyendas urbanas y pequeños niños pulgosos que se regeneran generación tras generación, porque mi colegio es un colegio especial, uno de los poco en los que colegio e instituto se hacen uno.
Para ser más exactos todo comenzó en el comedor(imaginaros esta maldita palabra escrita con llamas ^.^), esa especie de antesala del infierno que (parece hecho a posta) se encuentra en la planta baja, o lo que es peor, en la "-1" de todo colegio. Recuerdo que salía un fatídico lunes (sí, porque allí todos los lunes eran fatídicos, eran aquellos días en los que te hacían tragar esa masa amorfa que blasfemaban llamándola macarrones) y claro, después de beberte 2 litros de agua translúcida para quitarte el sabor del paladar, y claro la señora (entonces señorita) vejiga decía: "¡Hasta aquí podíamos llenar!"
Te dirigías al baño y, poniéndote de puntillas, volvías a sentirte feliz. Pero, demasiado feliz, la sed volvía a irrumpir en tu cuerpo y tú siguiendo tus instintos te acercabas a la pilita, apretabas uno de los botones mágicos y...¡tachán! salía agua. Acercabas tus labios y... tu gozo en un pozo. Como atraído por una fuerza magnética un chico de la clase de al lado, al que conocías únicamente de vista, entra y se lanza hacia tí, como si de una peli de guerra se tratara, y al grito de "¡NOO!" te alejaba de tu anhelado premio.
Todo se tornó oscuro (ayudado de los fundidos fluorescentes, más antiguos que el propio colegio), le miré con ira contenida (sí, contenida, era un tirillas), pagándolo con mis deditos. El intruso adoptó una postura que decía "sé, mas que tú, estoy muy sobrao, voy por delante de tí, iluso", todo en una mirada. Tras unos segundos de tensión lo soltó: "No bebas de ahí, ¡que ahí mean los mayores!". Desde ese momento descubrí porque todo aquel ser de menos de metro y medio evitaba aquel grifo.

Ha pasado el tiempo.

Ahora soy de los mayores de mi colegio (admitidlo, el término colegio es mucho más molón que instituto =)) Y el otro día entré de nuevo a aquel baño maldito, que por cierto, han reformado, y reflexioné: ¡¡¿¿Cómo iban a mear ahí los mayores... si ni siquera entraban??!!

Un saludo y espero que esta entrada compense la anterior xD.

Foto extraide de
www.jonkepa.wordpress.com

3 comentarios:

  1. Me encantas xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Hostia, es que es geniaaal xDDDDDDD
    Ñau, poco más que decir :3

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  2. Guapísimo el blog! Yo como pille al hombre del saco... Saludos!!!!!!!

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  3. Juraría que yo ya había firmado esto... En fin, he muerto con la entrada xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

    (A mí me gusta más la palabra "instituto" Ò.Ó)

    ¡Tq Mister Papus!

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